El Detector nº101 es el instrumento por excelencia para solicitar con rigor los puntos del Dien Chan.
El diámetro de su varilla está estudiado para que la acupresión ejercida produzca una estimulación precisa del punto sin dañar la piel.
Asegúrate de que es el punto el que es sensible y no la presión. Para hacerlo correctamente, siempre debes tener un dedo de apoyo en la cara.
Coloca el detector perpendicular a la superficie del área, sosteniéndolo con flexibilidad y desplegando un empuje moderado mientras se desliza lentamente hacia el punto deseado.
Durante las prácticas guiadas, aprenderás a ir «al punto» y no “desde el punto” para asegurarte de ubicarlos correctamente.
A través del diálogo, compruebas constantemente tu posicionamiento observando las reacciones. Una vez localizado el punto·
El dolor causado debe ser soportable para que el paciente identifique el punto exacto que se está trabajando.
El principiante preferirá el Martillito yin-yang nº128 para empezar. Utilizando su punta de goma, realiza unas cincuenta percusiones sobre la zona del punto·
Verificar a través del diálogo constante
Cuando crees que has localizado un punto receptivo, aleja el detector y vuelve a él para comprobar su necesidad de estímulo. Es entonces la colaboración consciente o involuntaria del paciente (palabras, muecas, movimientos, reflejos, etc.) la que confirmará la ubicación correcta.
Aquí es donde reside la fuerza del Dien Chan. Cuando activamos un punto·
El diagnóstico facial nos permite comprobar si los puntos·
— Cuando se enciende la luz del combustible, significa que no tenemos gasolina.
Después de aplicar una fórmula de puntos·
Consiste en consultar las fichas de cada uno de los puntos·
El diálogo con tu cliente te permitirá validar las hipótesis y así adaptar tu tratamiento de forma más escrupulosa.
Así es como, en Dien Chan, restablecemos rápidamente el equilibrio al llegar a la fuente del problema.